En el prólogo del libro Transgénica, Claudia Massin hace referencia al epílogo de Chantal Maillard que abre el libro: “escribir/ ¿y no hacer literatura?/.. /¡y qué más da! / hay demasiado dolor / en el pozo de este cuerpo / para que me resulte importante / una cuestión de este tipo. / Escribo / para que el agua envenenada / pueda beberse”. Como dice Claudia es la declaración de principios de lo que va este libro.
Leerlo de punta en punta un día de lluvia lo hace más compañero aún, la poesía para que tenga un sentido para mí, y esto es muy personal, tiene que contar historias. Es la prueba de fuego para sentir en mis pequeños vasos sanguíneos propulsores que me hagan seguir moviendo las hojas, como el viento que parece estar moviéndolo todo fuera ,este día 25 de marzo, lo leo con toda la energía que nos dejó el 24 marzo, energía de lucha, y de seguir creyendo en las palabras.
Este libro trae un poco de esa historia dentro. Me identifica por eso lo quiero, por eso abrazo los poemas como una bufanda que me cuida el cuello y me lo llena de palabras que robo, de frases que me guardo, de sensaciones que me hacen transpirar, un libro de poesía para mi tiene que hacerme temblar las manos y este libro con las obras reunida de Gabby de Cicco editada por Baltasara editora lo hace.
Hay libros de poesía que no te permiten escapar de las dolorosas realidades que hacen danzar las palabras, pero tampoco te hacen esquivar la belleza, les recomiendo el viaje.
Reseñó: Brenchx
La Libre 