Cecilia Pavón es una de las poetas de los noventa, es una poeta de los dos mil y es una poeta del 2021.
La libertad de los bares se publicó en el 2020, cuando no había libertad de los bares por la pandemia. La editorial Mansalva lo tenía guardado hacía un año. En el momento de su publicación, se abrió una ventana hacia la libertad de los bares que extrañábamos. Por eso, este libro es un hito poético.
Es importante leer a Cecilia Pavón porque sus poemas encontraron un lenguaje que perdura hasta hoy. Un lenguaje íntimo y universal de esta época. El lenguaje de la intuición poética.
Cecilia Pavón escribe con la emoción en la punta de los dedos, te la hace sentir en palabras simples como “mayorista”, “azúcar” o “Dios”.
Los poemas de Pavón, y de sus contemporáneas, eran rechazados a principios de los 2000 por los marxistos, academicistos, críticos, que no soportaban una escritura “simple”. La adjetivaban “confesional” como algo malo. Las revistas de poesía “oficiales” la rechazaban. Ella publicaba igual: en fanzines, en revistas de amigxs y en galerías. Y sigue haciéndolo. Ceci Pavón publica libros y tuits y talleres y siempre, en todo, hace un poema genial.
¿Cómo podría alguien divertirse escribiendo? ¿Cómo podría volverse hermoso un pensamiento banal? Lean a Cecilia Pavón, y lo descubrirán.
La materia de la poesía de Cecilia Pavón es la vida cotidiana. La materia de la vida cotidiana de Cecilia Pavón es la poesía.
Les decían que las chicas escribían sobre lo que pasa porque no saben hacer una obra. “Para ser un artista tenés que tener una mirada técnica”. Escribir con la intimidad es un acto político, es sacarle el estigma a la poesía escrita por mujeres que escriben sobre lo que tienen ganas y nada más.
Este mundo necesita más poetas que escriban sobre lo que tengan ganas.
La poesía de Ceci Pavón en primera persona, a modo diario y confesión, cambió para siempre nuestra experiencia de escribir y leer un texto literario.
Leemos a Ceci Pavón y nos preguntarnos ¿Qué es vida? ¿Qué es obra? En un hechizo de lectura esos límites tan duros se borran. Gracias Ceci Pavón por borrar esos límites.
No queremos más obras abstractas geniales que nadie entiende. Queremos más poemas que digan la verdad.
Cecilia Pavón escribe sobre escribir, escribe sobre vivir, escribe sobre hacer obra. Mientras vive, escribe, mientras hace obra, vive. Literatura y vida están entrelazadas de modos mágicos.
La poesía de Cecilia Pavón no tiene género. La poesía es poesía.
En los libros de poemas de Cecilia Pavón siempre hay algún experimento. Aparece la serie poética. Poemas con nombres de persona. Poemas que empiezan con “a veces”. La serie trasciende al yo. La serie es dejar de ser Yo para ser Poema. Cuando deja de ser Yo y es Poema, el Yo y el Poema se transforman.
Un poema es una performance y Cecilia Pavón lo sabe. En su poesía se abren posibles modos de ser y trascender al Yo. En sus poemas siempre hay un objeto y un yo que trasciende sus límites a través de ese objeto. Como en el poema “Zapatillas rosadas”: “Hoy las vi en una megatienda cerca de mi casa,/ pensé que eran perfectas porque tenían la forma de un objeto/ que me era absolutamente íntimo,/ a pesar de que nunca lo había poseído”.
Los bares son un escenario recurrente en la obra de Cecilia Pavón. Un espacio de escritura y lectura, donde la poeta flota entre pensamientos y café.
El poema “Supermercado mayorista” ya es un hit de este libro.
En estos poemas aparece mucho el verbo “pienso”. No es casualidad. La poesía de Cecilia Pavón se parece al ritmo bailable de los pensamientos.
Kamenszain en la contratapa se pregunta “¿Qué tipo de magia hace Cecilia Pavón para escribir como si no escribiera? ¿O será que realmente –como ella misma insiste- no escribe? ¿Si no escribe, qué hace? Cecilia se abre al lector como diciéndole: ‘mirá, yo estoy adentro de mis cosas que están afuera de mí”.
Cecilia parece llevar trozos de realidad a la poesía para transformarla en literatura. En esa metamorfosis, la literatura se vuelve realidad, la realidad se vuelve literatura. Eso nos encanta.
Al leer La libertad de los bares nos encontramos de frente con la literatura.
Los sueños, la fiesta y la realidad son los tres elementos que más aparecen en este libro. También el café que impulsa a escribir, las tareas domésticas, la relación con su hije y sus amigues.
La poesía que más nos gusta es la que está cercana a parecerse a una fiesta.
La libertad de los bares es, sin dudas, una fiesta.
Algunos poemas:
Mi nombre
A veces me separo de mi nombre,
lo veo escrito en mi computadora
y me horrorizo.
Mi poema de hoy
Cambiar tu estilo literario puede cambiar tu vida,
así que yo tengo ese sueño.
busco cosas que me ayuden,
abro el cuaderno de mi hijo:
la maestra le pide un pedazo de madera,
entonces me concentro y pienso en eso.
La computadora en la que estoy escribiendo
Descansa sobre un escritorio de pino,
tallaré un corazón sobre la madera del escritorio
y ese será mi poema de hoy.
Felicidad
Me pregunto cuántas personas
fueron ayer en pareja a cenar
al departamento de un amigo.
¿Exactamente serán millones?
A la misma hora que nosotros,
en la casa de amigos entrañables,
en todo el mundo,
en cualquier ciudad,
¿cuántos serán?
Anoche fui tan feliz
que solo pude pensar
en lo anónimo,
de la felicidad.
En la felicidad
del resto del universo.
Aunque felicidad es una palabra tan amplia
y tan pequeña a la vez…
Me gustaría que felicidad
fuera sinónimo de campo magnético
cuadro abstracto, colores.
Me gustaría que cada uno
de mis amigos adorados
fuera un gas en perfecta armonía
con las olas del mar.
Reseñó: Anshi Moran
