Escritoras mexicanas: diez meses, diez autoras

En un intento por revalorizar otras voces dentro del ámbito literario y desde una perspectiva de lectura no masculinizante, proponemos este ciclo de lectura. Dentro del canon literario mexicano estamos acostumbradxs a escuchar nombres representativos, tales como Juan Rulfo, Carlos Fuentes u Octavio Paz, sin embargo, en la literatura escrita en México encontramos otras manifestaciones literarias, como las producidas por mujeres, muchas de las cuales han sido relegadas por su condición de género o por los temas abordados en sus obras, considerados como “menores”, “domésticos” o demasiado “intimistas” o “personales”. Los objetivos del ciclo de lectura son recuperar estas otras voces de la literatura mexicana del siglo XX y XXI, difundir la obra de escritoras actuales, así como expandir su horizonte de lectura a otros territorios. Proponemos la lectura de diez autoras mexicanas a lo largo del año (una autora por mes), explorando escrituras diversas, tanto por las temáticas como por sus estilos.

Trabajaremos bajo la idea de que el taller lo hacemos todxs, así que se tratará hacerlo lo más participativo posible. Llevaré cosas que funcionen como disparadoras de diálogos e imaginaciones: fragmentos de las obras a tratar, materiales audiovisuales, etc. Modalidad virtual.

Programa de lecturas

El México posrevolucionario

MARZO: Elena Garro, Los recuerdos del porvenir.
Un pueblo, Ixtepec, que a la vez es el narrador del relato. Personajes rodeadxs de intrigas, amores frustrados, envidias, miedos y celos, en medio de un México posrevolucionario, durante el periodo denominado como Guerra Cristera. Un general despechado, Francisco Rosas, capaz de dominar al pueblo pero incapaz de hacerse querer por la mujer que ama; un loco, Juan Cariño, confiado en el poder de las palabras; un extranjero misterioso, Felipe Hurtado, que llega al pueblo sin que se sepa de dónde. Y los hermanxs Moncada, que vemos crecer en este pueblo atravesado por la violencia y las pasiones. Todo esto encontramos en la novela de Elena Garro, que sin duda es una de las mejores obras de la narrativa mexicana del siglo XX.

ABRIL: Ángeles Mastretta, Arráncame la vida.
Arráncame la vida cuenta la historia de Catalina y su vínculo amoroso con el general Andrés Ascencio, hombre involucrado en la política del México de los años cuarenta. A lo largo del libro vemos el crecimiento de una adolescente que se convierte en adulta, con todos los aprendizajes que ello conlleva, y las contradicciones de vivirlos siendo mujer en aquella época.

MAYO: Rosario Castellanos, Balún Canán.
“Balún Canán” (“Nueve estrellas”) es el nombre que los antiguos mayas dieron al lugar que hoy ocupa el pueblo de Comitán, en el estado de Chiapas. En esta novela se narran los conflictos entre la comunidad indígena y los terratenientes en los años cincuenta. A través de la historia de una familia, se asoman las problemáticas en torno a la tierra, el despojo y el racismo. Dos cosmovisiones se ponen en juego, mostrando sus contradicciones y complejidades.

Experimentar la palabra

JUNIO: Sara Uribe, Antígona González.
En palabras de su autora, Antígona González “es una pieza conceptual basada en la apropiación, intervención y reescritura”. A partir del mito griego de Antígona, la mujer que desobedeció las leyes de los hombres para dar sagrada sepultura a su hermano, Sara Uribe aborda la realidad de lxs desaparecidxs en México en el siglo XXI. Una Antígona mexicana busca a su hermano, Tadeo, en Tamaulipas, un estado al norte del país que cuenta con una de las mayores cifras de personas desaparecidas en la nación. Antígona González reclama al menos un cuerpo al cual poder enterrar.

JULIO: Verónica Gerber Bicecci, Conjunto vacío.
Esta autora se define a sí misma como una “artista visual que escribe”. Dicha definición no es menor, pues marcará una poética de escritura atravesada tanto por la palabra como por elementos visuales. Conjunto vacío es una novela que, sirviéndose de la teoría conjuntos y de diagramas de Venn como estructura narrativa, cuenta la historia de Verónica, una mujer, hija de exiliados políticos argentinos, que vive en la Ciudad de México. Luego de una ruptura amorosa, la protagonista regresa al departamento que alguna vez fuera de su madre, desaparecida de forma repentina años atrás, y en el cual aun vive su hermano. A partir de ahí se abren distintos conjuntos y, también, distintos vacíos.

AGOSTO: Inés Arredondo, Río subterráneo.

Lo que corre por debajo del agua: el río subterráneo. Lo que se esconde tras la razón y lo considerado “racional”: la locura. Es en ese ámbito de cierta oscuridad pero también de profunda lucidez donde se desarrollan los cuentos de esta gran autora que es Inés Arredondo.

La búsqueda, el viaje al pasado

SEPTIEMBRE: Cristina Rivera Garza, Nadie me verá llorar.
“¿Cómo se convierte uno en fotógrafo de locos?”. Con esta pregunta abre Nadie me verá llorar, una novela ambientada en 1920 que cuenta la historia de Joaquín Buitrago, un hombre que, por azares de la vida, termina dedicándose a fotografiar internos en un manicomio. Es ahí donde conoce a Matilda Burgos, cuya historia lo obsesiona al creer que en el pasado la ha conocido en un burdel.

OCTUBRE: Margo Glantz, El rastro.
El relato comienza con un desplazamiento: Nora García, la protagonista, regresa al pueblo donde antes vivió para asistir al velorio de su ex marido Juan, quien acaba de morir a causa de un infarto miocardio. Los latidos de la antigua pareja, músico de profesión como Nora, se han detenido, pero el ritmo de la novela sigue bombeando. Ésta es una historia en que se rememora y, en el recuerdo, se vuelve a vivir.

Lo cotidiano, lo familiar

NOVIEMBRE: Guadalupe Dueñas, Tiene la noche un árbol.
Dicen que lo insólito tiene sus cimientos en lo cotidiano. Este conjunto de cuentos, anclado en espacios familiares, explora los límites de lo habitual, llevándolos al enrarecimiento y la extrañeza. Poco conocida incluso dentro del ámbito mexicano, Guadalupe Dueñas nos sorprende por su prosa aparentemente sencilla, pero que alberga la complejidad de lo siniestro.

DICIEMBRE: Guadalupe Nettel, La hija única.
Publicada en 2020, La hija única aborda el tema de la maternidad desde distintas aristas. Por una parte, conocemos la historia de Alina, una mujer que al cumplir el octavo mes de embarazo le anuncian que su hija no podrá sobrevivir al nacimiento. Por otra, se habla también de una mujer llamada Doris, madre soltera de un niño inquieto. Estas dos historias son referidas por Laura, la narradora, a la que también iremos conociendo a lo largo del relato. Distintas formas de experimentar la maternidad; distintas formas de conformar una familia.

Nota: Si le asistente quiere/puede conseguir los materiales en físico, genial. De igual forma siempre mandaremos el material digitalizado para que todes puedan acceder a él sin ningún problema.

Coordina

Mariana Brito Olvera (Ciudad de México). Escritora. Licenciada en Letras Hispánicas por la UNAM. Formó parte de la Fundación para las Letras Mexicanas durante el periodo 2014-2015. Fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Mx) en el área de ensayo creativo durante el periodo 2018-2019. Actualmente vive en Buenos Aires. Es el segundo año que coordina este ciclo de lectura a través de La Libre Virtual.

***

Días: segundo martes de cada mes de 19 a 21 hs.

Frecuencia: 1 vez por mes

Valor: $700

Inscripciones: lalibreactividades@gmail.com

2 respuestas a «Escritoras mexicanas: diez meses, diez autoras»

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