La hija del delta, de Alejandra Bruno

“Los demás se habían ido a dormir después de comer. Entre el mediodía y la hora del halo era mucho el calor afuera, aun cuando el sol quedaba siempre oculto detrás de nubes de hollín y de las sustancias que un tiempo atrás habían matado a casi todas las formas orgánicas del planeta”.

Una distopía en la que podemos imaginarnos. Una distopía que nos habla desde una geografía cercana, y, sin embargo, lo postapocalíptico aquí planteado nos empezará a mostrar que nada es transparente, ni corriente, ni común porque se sobrevive desde la carencia, desde los residuos, desde los fragmentos y desde el silencio.

Las expectativas a futuro, de mundo y de comunidad son casi una ficción dentro de la ficción.

En esta historia, veremos todo a través de los ojos de Julia, una niña en plena etapa de pubertad que mira el mundo y pregunta por el pasado cercano y lejano, por el lenguaje desde las asociaciones más simples hasta las preguntas por el amor, por la naturaleza y el verde palpitante que supo ser el territorio con sus flores y el viento que traía consigo el sonido de los pájaros e insectos “el mejor objeto del mundo sería un artefacto que indicara los puntos donde estaban esos seres, y así ella podría visitarlos, estudiarlos con cuidado, tal vez comunicarse” se dice. Un anhelo nostálgico la rodea, sí, pero que no deja de mostrarnos la necesidad de reconstruirlo todo.

Las aperturas que irá generando Julia, traicionan el mandato y el egoísmo familiar, se desmarcan de la violencia y la muerte a la que siempre se exponen al tratar a otrxs sobrevivientes como enemigos, deviniendo en la pregunta por su identidad, sosteniendo la necesidad imperiosa de ese conocimiento para poder avanzar.

En las respuestas, en la trama, en los recuerdos, iremos leyendo cómo sueña Julia, cómo apuesta todo, de manera inocente por otro lugar, confiando en sí misma y en el apoyo mutuo, confiando en sus registros, sus cuadernos de notas y la poesía como amuletos y guías para encontrarse y encontrar el mundo en el que quiere habitar a pesar de todo.

Pasen y lean.

Reseñó: Adriana Mendoza

La hija del delta. Alejandra Bruno. Edit. Indómita Luz 2023

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