Reseñas breves #4

A 200 años del nacimiento de Carlos Marx, acá nuestro humilde homenaje hecho reseña.

EL CAPITAL  TOMO I VOL.  1 – Carlos Marx   

Si hiciéramos un inventario de los objetos tecnológicos que han modificado nuestras vidas en los últimos tiempos, probablemente nos asombraríamos de tal modo que pensaríamos en conceptos abstractos como la historia o la humanidad. Sin embargo, si tomáramos conciencia de nuestra ignorancia acerca de temas esenciales que nos determinan, como lo es la economía, acaso no nos asombráramos menos. ¿Qué clase de destino es el nuestro, que vivimos vidas asombrosamente simplificadas por la tecnología, que podemos tener una comunicación instantánea con alguien que se encuentra en el hemisferio opuesto, pero somos incapaces de saber algo de la actividad que más poderosamente influye sobre nosotros?

El capital es un libro vasto y complejo, como la economía, pero tiene la virtud de los libros de esa biblioteca que perdura a pesar de las mutaciones del tiempo, porque aborda uno de los problemas centrales de las culturas y de las sociedades en términos lúcidos y acertados. El volumen que hoy reseñamos, a pesar de la vastedad y de la complejidad del tema, no adolece de rodeos ni de falsos tecnicismos (de que sí adolecen muchas de nuestras filosofías). El procedimiento utilizado es directo y genealógico: para explicar el capitalismo se remonta a los orígenes de la cultura, cuando el intercambio económico aun no estaba mediado por el dinero. Pero entonces aquella vastedad y aquella complejidad quedan reducidas a un hecho simple, y todo lo que hoy es un laberinto de variables queda desvelado, como si, tras andar perdidos en ese laberinto, tuviéramos de pronto una perspectiva panorámica de él. 

Ese hecho originario, y que aun hoy es el trasfondo real de nuestra ficticia economía, es reconstruido a partir del concepto de valor. Y la tesis que guía esa reconstrucción histórica es que el fundamento real del valor en todas las sociedades de todas las épocas es el trabajo. Todos los valores que han existido, que existen y que puedan existir (sean billetes, títulos, relación entre monedas) se traducen, en última instancia, en la potencia de comprar trabajo y cosas que se hacen con trabajo. Porque el trabajo es el fundamento real de toda economía. Lo cual significa que todas las discusiones en el marco de una economía ficticia como la nuestra acerca de las variables y de las combinaciones posibles de esas variables (tasas de interés, valor de títulos, ganancias) no son otra cosa que una discusión engañosa, porque en sí mismo ningún título, ni ninguna moneda tienen un valor, y la referencia real de todo valor es el trabajo, pero esa referencia, que mostraría todo el disparate de esa discusión, permanece oculta y vedada para el actor real, víctima de todas esas variables y combinaciones: la clase trabajadora.

El dinero, y toda forma de valor, es una representación. La pregunta que permanece oculta y vedada a todos nosotros, es qué representa. El capital, por sobre todas las cosas, viene a responder esa pregunta. El dinero, como representación, vincula a todas las cosas que se producen en el mundo, y a todas las cosas que se realizan para sostener el mundo material en que vivimos. La realidad de todas esas cosas y de todos esos productos es el trabajo, y eso es lo que en el fondo debería representar el dinero, porque es la única realidad que sostiene nuestro mundo. Marx cuenta en este libro cómo se fueron creando medidas valor, desde los albores de la cultura, a través de distintas mercancías que servían de referencia, hasta llegar a un objeto que en sí mismo no es una mercancía, pero que ocupa su lugar (de ahí que Marx lo llame la mercancía de las mercancías). Pero sucedió que, al perderse de vista la referencia real de los intercambios, el dinero se volvió autónomo. A partir de ahí, la historia del valor será la historia de una estafa. El valor de intercambio ya no se consigue a través del trabajo; existen otras formas, como conseguirlo a través del trabajo de otro o multiplicando el dinero a través préstamos o de operaciones especulativas. Pero el dinero, aunque no lo perciban nuestros ojos ciegos, siempre vuelve a su referencia real. Lo que un ser humano puede conseguir con dinero es trabajo, o cosas que se hacen con trabajo.

Del ocultamiento de este hecho, de la diferencia entre esta realidad y la realidad ficticia en la que vivimos (valga la contradicción) donde el dinero no representa el trabajo, se originan todas las mentiras y las injusticias económicas de nuestras sociedades.

El capital es un libro mal difundido. Es complejo por su objeto, pero su tesis es sencilla, y accesible a cualquiera. Podríamos sintetizarla así: en el capitalismo, el dinero esconde la realidad que representa (el trabajo); de ese ocultamiento nacen todas las acumulaciones, todas las pobrezas y todos los valores, dinerarios o de otra índole, que oprimen y dominan nuestra vida social.

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EL CAPITAL  TOMO I VOL.  1; Carlos Marx; editorial Siglo XXI; páginas 381; $399

 

 

 

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