Entrevista a Cecilia Sarthe, editora de EDHASA 

Con la primavera, llegó EDHASA a La Libre como editorial del mes, un sello de larga trayectoria, fundado en 1946 por el editor catalán Antonio López Llausà. Charlamos con Cecilia Sarthe, editora del sello, para conocer mejor su historia, catálogo y novedades. 


La Libre: ¿Cómo nació la editorial y qué significa el nombre?

Cecilia Sarthe: Edhasa es el acrónimo para Editora y Distribuidora Hispanoamericana Sociedad Anónima, nombre que da cuenta de los orígenes de la editorial. El fundador fue un librero catalán llamado Antoni López Llausàs. Se inició en 1946 y la sucursal en Argentina abrió el 2003. La dueña es Gloria López Llovet de Rodrigué, nieta de Antoni. Por lo que es una editorial que continúa siendo, ante todo, una gesta familiar. 

L. L.: ¿Cómo está organizado el catálogo? ¿Cómo eligen lo que publican?

El catálogo está organizado por colecciones que funcionan como la columna vertebral de Edhasa, es un doble sentido: por un lado constituye su identidad, y por el otro, nos ayuda a apuntalar el ojo de cara a nuevas obras para incorporar. 

Las dos colecciones «pilares», como las llamamos son Literaria y Ensayo. En literaria, buscamos obras de ficción contemporáneas de buena calidad literaria (es decir, con una especial mirada sobre el estilo a la hora de explorar las temáticas propuestas por la obra), que tengan la capacidad, además, de conmover. De impactar emocionalmente al lector en algún sentido.

Dentro de Ensayo, contamos con trabajos de no ficción de peso académico y con ensayos más accesibles a un público general, principalmente de historia, historia argentina, política y humanidades en general. 

Luego, tenemos la colección Cuentos Selectos: la mejor narrativa breve de autores clásicos, en ediciones que incluyen prólogos y traducciones originales. 

Está Bitácora, una colección de no ficción más joven y fresca para un público general. Los libros contienen algunas imágenes, a veces algún QR para escanear con material extra.

Está Posdata, una colección literaria, colaborativa y de pequeño formato, que incluye un cuento y donde el arte de tapa lo hace un artista argentino, por lo general emergente. Cuenta con una recomendación de un librero a modo de prólogo y el libro en sí es un objeto que puede ser intervenido por el lector, con una solapa troquelada y un espacio para escribir.  

Finalmente, tenemos Antologías, una colección que reúne cuentos del siglo XIX, en especial de carácter gótico, de fantasmas, de crímenes o sobrenaturales; y Biografías Argentinas que, como su nombre indica, reúne biografías de personajes de nuestra historia.

L. L.: ¿Qué novedades tienen este año (las que ya salieron y las que están por venir)?

Cecilia Sarthe: ¡Muchas! Algunos de de los lanzamientos más importantes fueron, en ficción: El corazón en invierno de Kevin Barry, El maestro de los tambores de José Eduardo Agualusa, La palabra que queda, de Stênio Gardel, a quien quizás se cruzaron paseando por Buenos Aires en el marco del FILBA. En estos meses publicamos Corazón de león de Monika Helfer, los cuentos y poemas selectos de Dylan Thomas, y para noviembre y diciembre tendremos nueva obra de Alain Mabanckou, El bazar de los difuntos, y de Akira Mizubayashi, Suite inolvidable. 

Y por supuesto, ¡lanzamos la colección Posdata que no pueden perderse!

En ensayo, lanzamos Bitácora. El último título de esta colección se presentará el 2 de diciembre en el Museo Sarmiento, y es el Domingo Faustino Sarmiento de Natalio R. Botana.

También publicamos Mitos, leyendas y verdades de la Argentina indígena de Andrés Bonatti, Las mujeres de la Revolución, distintos ensayos de historiadoras y antropólogas sobre el rol de distintas mujeres en la época de la revolución de Mayo. Otro gran título fue La imposible república verdadera de Pablo Gerchunoff, y la reedición del clásico sobre Hitler, A treinta días del poder de Ashby Turner Jr. 

L. L.: ¿Qué importancia tienen para ustedes las librerías en el ecosistema editorial?

Cecilia Sarthe: Las librerías son fundamentales. Las libreras y los libreros son, sin duda, nuestros primeros lectores. El trabajo en conjunto con las librerías es de extrema importancia: sin su apoyo, sin que ellas conozcan nuestra propuesta editorial, los ladrillos que forman nuestro catálogo, la labor editorial no tendría sentido. Somos un equipo y trabajamos juntos para lograr nuestro objetivo común: que los libros lleguen a sus potenciales lectores.

L. L.: ¿Cómo ven el panorama actual de edición argentina en este contexto?

Editar es siempre desafiante. El placer de la lectura no es sencillo: requiere tiempo, lentitud, concentración. Una búsqueda personal que cada vez pareciera tener más dificultades frente a un mundo que parece siempre querer ir más y más rápido. Claro que, frente a este desafío global, el contexto argentino presenta sus propias dificultades muy particulares. Para editar acá hay que hacerlo con pasión y con ingenio para poder esquivar todo lo que atenta contra la industria: ya sea por un intento de desprestigio, de falta de recursos, por los constantes cambios en las reglas del juego. Afortunadamente, es ese mismo placer por la lectura el que permite que, pese a todo, sigamos adelante en la búsqueda de historias que valen la pena. 

Entrevista realizada por Anshi Moran y Damian Cabeza

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