Noviembre fue el mes de Alquimia, una editorial chilena que empezó a publicar en el 2007. En su catálogo, se destacan las obras inéditas que experimentan en torno al lenguaje y las reediciones de obras literarias, en particular poesía. También tienen una fuerte línea de publicación de obras de carácter patrimonial y textos para-literarios. Conversamos con Guido Arroyo González, director editorial y fundador de Alquimia.
¿Como surgió el nombre de la editorial?
La editorial nació en un contexto donde casi no había editoriales independientes, librerías, ferias, casi no había distribuidoras de libros. Todo estaba por hacer. La idea del nombre era convocar al arte de la alquimia que es el arte de transformar unos materiales en otros, porque nos interesaba mucho el trabajo de edición, el proceso creativo editorial, el diálogo con el autor o la autora, hacer recomendaciones, adiciones, modificaciones en los textos que llegan. Editar es un arte de transformar textos en libros.
¿Qué criterios tienen en la composición del catálogo?
Actualmente en Alquimia publicamos aproximadamente 12 a 14 novedades anuales repartidas en distintas colecciones. Felizmente, siempre estamos re-imprimiendo; menos de lo que deberíamos, por razones económicas, pero más del común de un sello editorial independiente. Básicamente, el criterio siempre radicó por propuestas que nos parezcan seductoras y diferenciales en términos estéticos. Nos interesa trabajar una estética más experimental y disruptiva, una suerte de elemento axiomático de la alquimia. También llibros de divulgación que se acerquen o rocen temáticas políticas, traducciones originales en habla hispana y recopilaciones de entrevistas.
Tenemos la colección Fojas Cero de narrativa, colección Umbrales de la Memoria de libros referenciales, colección Ensayos con la Ceniza de poesía y Estado de Excepción que es la más experimental. Entre esas cuatro colecciones se reparte el calendario de publicaciones anual.
En general nos sale muy intuitivamente el tema de la paridad de género en el catálogo. Somos una editorial cuyos primeros grandes títulos en términos de impacto comercial siempre fueron autoras mujeres, es algo que se dio.
¿Qué importancia tienen para ustedes las librerías?
Para nosotros las librerías son lo más importante en la cadena del libro. Somos muy apasionados por el cuidado de las librerías, empatizamos con su trabajo porque sabemos que es un tarea muy dificil hacer que funcione, que tenga lectores asiduos y que salga a flote en términos económicos. El mayor trabajo es el de la librera o librero, si no está ahi mediando un título nada funciona bien. En ese sentido, creemos que es ahí donde hay que apuntar y de hecho destinamos más ejemplares para libreros que para prensa. Tratamos de visitar librerías lo más que podamos, nos gusta escucharlos. Para nosotros son espacios fundamentales, ya que ahí están los mejores lectores que son los mismos libreros. Sin librerías no podría subsistir una editorial. Tampoco vendemos en firme en nuestra página web por respeto a su trabajo.
¿Qué novedades destacan de este fin de 2024?
En Argentina está saliendo Allá están todos, una selección de textos vinculados con la naturaleza. Es una línea de publicaciones donde todo el quipo editorial trabaja aportando ideas, comentando textos que recuerde, volviendo a las bibliotecas personales. Hay textos que revisan el vínculo entre lo humano y el paisaje natural, la ecología desde distintas ópticas (entreñalables, alarmantes) y cuenta con material gráfica. Otra novedad es Señales de nosotros de Lina Meruane, que ya va por la segunda edición, y que ha tenido muy buena recepción tanto en Chile como en Argentina y pronto será publicado en España.

Entrevista a cargo de Anshi Moran, noviembre 2024.


