Es muy simple lo que quiero decir. Es tan simple que no me sale. Lo tengo en la punta de la lengua. Ahí está, lo veo, lo vislumbro pero no lo puedo alcanzar. No llego, mi mente va hacia ahí y no llega. Mis dedos apretan el teclado pero no traen las palabras. ¿Se escondieron?… es una posibilidad. ¿O son mis capacidades que no llegan? Hay algo en común que no compartimos todavía, no estamos haciendo contacto. Mis neuronas buscan acordarse y decir esto que no me sale. Buscan abrazarse, amarse y poner en la luz la idea. Cuando éstas se unen logran mayor estabilidad (eso es hermoso) y mi mente puede decir lo que quiere. ¡Únanse, aprieten! Mis otras células del cuerpo en cambio están transfiriendo vida a través de sus bordes y ponen en comunión lo que antes estaba separado. Ahí me viene. Creo que lo que quería decir tiene que ver con los abrazos en la vida y en la literatura de I. ¡Claro era eso! Y pienso que todo son abrazos y separaciones. Prender/apagar la luz, abrazar /separar. El famoso 0-1 del pensamiento binario. Sigo pensando en cosas no científicas como que la gravedad de la tierra nos abraza para que no nos caigamos de ella y a la vez a veces nos permite volar en avión o saltar como una atleta. Pero cuando el cohete quiere volver de su aventura independentista el planeta lo trae con sus brazos en cunita y les vuelve a enseñar a caminar a los astronautas que quedaron medio salames por la falta de atracción.
Vi en una imagen de google, unas células que se unían con dos manitos literales y sentí que la ciencia me daba la razón, aunque sea una estupidez pensar que los abrazos se hacen sólo con ganchos y músculos. Hay miles de tipos de brazos, por ejemplo los fantasmas tienen extremidades de gas y en la noche, en vez de dar calor al amado que duerme, su abrazo refresca. Los átomos para decirse que se aman comparten zona. Los electrones comparten zona, no se chocan, a pesar de la velocidad impensable a la que van. Wikipedia dice algo muy sospechoso, pero una, por alguna razón, si lo dice Wikipedia se siente autorizada a pensarlo. Dice que un abrazo es el hecho de tocarse o entrar en contacto físico, cariñosamente o más o menos violentamente. ¿Es decir que hay un parentesco entre caricia y cachetada? ¿Entre abrazo y apretón fuerte y feo? ¡Qué sé yo! por ahí entendí mal pero me parece peligroso pensarlo así. ¡Imagináte! Se volvería todo muy feo, como si justificáramos una caricia indebida por ser una caricia.
Pero bueno ¡basta de pensar cosas tristes! Abrazar es generar calor, como los dos troncos que se frotan para prender una fogata. Fricción en el acto de coger, un pedernal. Se abrazan las partes que desdibujan sus funciones, la lengua es una mano que abraza y las piernas apiernazan. Abrazar en el caso humano es dar calor, compartir masa, compartir energía de amor, es aquella acción que lo une todo. Si no existieran los abrazos no existiría la humanidad. Y ¿Abracitos por internet? ¡¡¡¡también!!!! Y ahí, ahí me vino lo que faltaba…siiiii recordé. Tuve que hacer mulería pero ya está…quería hablar sobre el día en I. Ese día convencional que I lo vuelve único al nombrarlo, describirlo, modelarlo, narrarlo, llenarlo de imágenes. Ese día que acaba sólo cuando deja de decirlo. Porque ¡oh! la magia del día no es crearlo sino invocarlo. La magia es atraer y eso hace la literatura de I, trae a Rosario Bléfari, a la lluvia, a Greg, a las estrellas en fin al día, pero no al día del calendario sino el día intenso fuera del tiempo. Es la narración del día la que dura el tiempo de las revoluciones. El día narrado es el último día, ese que vale la pena ser vivido aun en sueños. El último día no es un día más, es ese que cuando nos vamos a dormir lo vivimos como un final, no como una etapa del descanso. I crea un hilo para poder caminar con su cuerpo imaginal que no respira si no que inspira poesía. La satisfacción de dar cada paso en la narración es tan gigante que no se quiere abandonar el día. Ese día que es el último, el día del cuento, del poema.
Fernanda Laguna – Texto leido durante la presentación de «Abrazo al futuro» de I Acevedo, en La Libre.



